En sus lenguas de fuego flotan formas de color dorado, como residuos de una catástrofe tocada por una varita mágica, detenida y metamorfoseada para siempre. Los vapores, solidificados en filigranas de tules adheridos a las paredes. El dorado simula la cualidad del oro. Significa pompa, riqueza, auto-legitimación, ascenso social. Pero aquí no enmascara, se presenta en la forma franca de su materialidad precaria. Papel liso o arrugado, prolijamente recortado o hecho un bollo y descartado en lugares precisos. Este color, tratado de esta manera, ¿consagra o se ríe de ello?”

Sonia Abián para Encantamientos